20 diciembre 2010

El Mundo de Bach y el Teatro Colón

Me regalaron una entrada para el Teatro Colón al recital “El mundo de Bach. Grandes momentos de la pasión según San Mateo” con la interpretación de la Camerata Bariloche, el Orfeón de Buenos Aires y el Coro de Niños bajo la dirección de Mario Videla.
Pero antes de hablar del recital vale la pena hacer una mención sobre el recinto en el que se ejecutó. El teatro Colón es uno de los 5 teatros más reconocidos en el mundo tanto por su tamaño, arquitectura y en especial por su acústica que lo hace ideal para la opera. Su importancia es de tal magnitud que es el centro neurálgico de la actividad musical porteña y la casa de ópera más importante y prestigiosa de Latinoamérica.


En su arquitectura están involucrados 3 arquitectos (uno sucesivo al otro por la muerte del anterior) que en 20 años de construcción lograron implementar en una sola pieza estilos tan diversos como el ático-griego que se impone en el exterior, la distribución y la solidez propias de la arquitectura alemana, y la gracia, variedad y bizarría de ornamentación asociadas a la arquitectura francesa", hasta conformar una admirable construcción.
En el 2006 se cerró para empezar así su restauración y modernización tecnológica sin sacrificar detalle alguno del edificio original en especial su acústica. Su re-apertura se llevó a cabo en mayo de este año como parte de la celebración del Bicentenario argentino.
Pasando al recital, la obra que se presentó (La pasión según San Mateo de J. S. Bach) es una de las obras maestras de la música en todo el mundo. Si bien su nombre lo indica, trata sobre como San Mateo relata los sucesos de la Pasión de Cristo. La obra cuenta con un evangelista (persona a cargo de la narración de la pasión) en este caso de voz aguda a cargo del tenor Christophe Einhorn de Estraburgo que alternaba con las intervenciones de ‘Jesús’ interpretado por el Barítono Sergio Carlevaris, 2 coros, el coro de niños y varios solistas más que representaban algunos personajes relevantes dentro de la historia.


El recital fue todo en alemán, y contaba con traducción constante en una pantalla de LEDs que se situaba en la parte superior del escenario, haciendo que todos los espectadores entendieran lo que en las tarimas se relataba. Además, las intervenciones y explicaciones de Mario Videla fueron muy acertadas e hicieron de este, un recital increíble.


Esta es una de las cosas que más me gusta de Buenos Aires; tiene la posibilidad de brindar miles de opciones para pasar un buen rato.

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