"La gastronomía local es un importante referente para leer la identidad de un pueblo.
Hace unas semanas en un curso de la maestría de diseño de la Universidad de Caldas, emprendimos con varios estudiantes la tarea de identificar los elementos formales y abstractos que pudieran representar lo que es el diseño latinoamericano. Como resultado de este ejercicio apareció de manera constante la palabra “mestizaje” representada en varios conceptos. Uno, era el sancocho, ese delicioso plato que podemos encontrar en diferentes pueblos de toda Latinoamérica. Se desconoce el origen preciso del sancocho. Y es que la comida es de alguna forma una síntesis del encuentro de varias culturas. Especulando podríamos decir que el sancocho es la unión de un caldo europeo con otro indígena “alimentado” de todo tipo de carnes y tubérculos. Así el sancocho de cada zona depende de las características regionales. Curiosamente, la palabra sancocho tiene una connotación negativa. Cuando hablamos de que se “armó un sancocho”, nos referimos a que se armó un desorden. ¿Por qué pensamos eso? ¿por la cantidad de ingredientes del suculento plato? o será más bien ¿por una cuestión de “inseguridad” propia de los latinoamericanos que durante siglos nos enseñaron a creer que somos menos? Con el fortalecimiento de la autoestima de los latinoamericanos en los últimos años —es evidente el auge del diseño local y artesanal— deberíamos empezar a revisar cómo tratamos al sancocho cuando hablamos de él. El diseño latinoamericano es como un sancocho. Esa es una gran ventaja. Nuestro plato tiene ingredientes indígenas, africanos y europeos. Ésa es parte de nuestra identidad. De nosotros depende que media olla se nos quede en casa por no compartirlo." editor@proyectod.com.
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